[ La entrada ]

Y con el título del post no hablo metafóricamente, sino literal.

Hace un momento, platicando con mi encantador amigo Rodolfo, sobre el sexo y la penetración anal entre hombres. Recordé la platica que alguna vez sostuve con mi íntimo amigo Victor Espíndola en un café aquí en Guadalajara cierta vez que me visitó.

Victor decía que aquellas personas que eran renuentes a la penetración o que les costaba muchísimo trabajo ser penetrados, se debía a una cuestión anatómica en su organismo.
Ya que no todos los ano/rectos eran del mismo tamaño, densidad y elasticidad, entonces era una condición física que evidentemente no se podía modificar, en resumen había personas que nacían para ser pasivas y otras que jamás podrían por cuestiones físicas.

Pero también existía la otra cara de la moneda, la opinión de este su muy humilde servidor.

Yo creo que las personas que se les dificulta ser penetradas es por cuestiones psicológicas, estrés, prejuicios, incapacidad para relajarse, incluso el miedo.

Y dado que el cuerpo estaba tenso y era imposible relajar el ano/recto/esfinter la penetración era llevada a cabo con mucho dolor o de plano no se realizaba.

¿Ustedes qué opinan?

Fotografía: Antonio-Ariel